jueves, 15 de mayo de 2008

PRIMER BORRADOR TRABAJO SOBRE LA LIBERTAD EN LAS CONSTITUCIONES POLITICAS DE CHILE 1811 - 1980 7


UNIVERSIDAD CENTRAL
Facultad de Ciencias Juridicas y Sociales

Escuela de Derecho

Taller Historia de la Cultura Jurídica

Profesor Neville Blanc Renard

1er Semestre 2008


“LIBERTAD”


Katherine Diaz
Diane Sotomayor
Marilin Valdes
Marcela Yeager
Alejandra Villalobos
Gabriel Salas


INDICE


LIBERTAD …………………………………….PAG. 1


LIBERTAD POSITIVA Y NEGATIVA………..PAG. 5


LIBRTAD EN EL SIGLO V ……………………PAG. 7


LIBERTAD EN ROMA SEGÚN CICERON …..PAG.8


REVOLUCION FRANCESA……………………PAG.10


REVOLUCION INGLESA………………………PAG.15


REVOLUCION NORTEAMERICANA…………PAG.18


Libertad

El concepto sobre el que vamos a tratar ahora supone nuevamente pensar sobre la identidad del hombre y su forma de actuar dentro de un esquema normativo moral. ¿Cuál es el concepto de libertad que hoy en día se maneja? El concepto de libertad norteamericana está pues completamente distorsionada y se exporta como un producto de máxima aspiración y sin embargo, este concepto de libertad supone una dependencia a un sistema consumista, individualista, que engendra aislamiento, neurosis y comportamientos obsesivos y sabemos que el comportamiento obsesivo es fundamentalmente rígido, inflexible.
Todo lo contrario al concepto de libertad que se contrapone al principio de independencia que rige el concepto cultural norteamericano y que se ha expandido como el modelo del desarrollo social. Con buen criterio y no por casualidad Amartya Sen, tituló a uno de sus libros Libertad y Desarrollo. El problema de fondo lo encontramos en que el concepto de libertad humana se ha impuesto como consecuencia del modelo de libertad económica. Del laissez-faire de países con regímenes políticos inspirados en la democracia liberal, como dice Gómez Pérez (1975). Pero tendremos que tener en cuenta que este perfil no hay que achacarlo a un modelo clásico o liberal o neoliberal como se le quiera llamar, sino que también hay que pensar que con la Revolución Francesa y por la “Declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano” se marcó de forma indeleble los valores morales del individuo, teniendo en cuenta que dicha moralidad se fundamentó en una libertad individualista de corte utilitarista que terminó por excluir de forma completa la figura de Dios, tendiendo a sembrar que solo lo inmediatamente útil ¿podría verse aquí también la visión maquiavélica de que el fin justifica los medios? debe ser la finalidad de los actos humanos y de las sociedades en si. Por tanto es tan frecuente confundir la libertad con el hedonismo y esto desencadena en una gran negación de la libertad social como reconoce Rodríguez Casado.
Ahí encontramos por tanto la clave que determina al país que es desarrollado y al que es subdesarrollado. El país subdesarrollado apabullado por el éxito del sistema económico liberal interpretará la libertad como únicamente alcanzable llegando a ese sistema económico o al menos, tratándolo de emular. Tratándolo de imitar. Estos países que tratan de emular dicho sistema económico son los que se pueden denominar como países en vías de desarrollo. Por tanto son países en vías de ser libres y que aspiran a serlo. En este sentido el lenguaje político y económico recrean todo un estado de opinión entre la ciudadanía. Si queremos ser libres tenemos que imitar este sistema sino seguiremos siendo reprimidos, esclavos.

1. Como señaló con gran criterio en su momento Ludwig Erhard, “Un pueblo que ya no sabe hacer ningún sacrificio material en defensa de su propia libertad se verá condenado a la larga a desaparecer de la historia”. En ERHARD, L. 1959: Bienestar para todos. Omega. Barcelona. Tercera edición. Pág. 288.2. Es muy interesante la siguiente reflexión de Vicente Rodríguez Casado al decir sobre la concepción materialista de la libertad que: “Esta posición claramente materialista, tan frecuente hoy en los países del mundo libre, está en abierta contradicción con las exigencias de responsabilidad individual y social que encarna la libertad”. También interesante la siguiente reflexión en la que “para el industrialismo, la defensa de la libertad adquiere un tinte peculiar: se trata de la libertad para el desenvolvimiento creativo de la actividad económica, eliminando las limitaciones que tradicionalmente oponían los gobiernos al desarrollo autónomo de la industria y del comercio”
Como vemos, la libertad es un término de gran actualidad. Se le usa para designar determinada cualidad de las personas y de las cosas en las más variadas situaciones. Por ejemplo, tanto se le emplea para hablar del movimiento de un cuerpo mientras no encuentre un obstáculo, como para calificar la conducta humana. Por to­do ello se ha tornado un término ambiguo que interesa clarificar no sólo en su significación política, sino también en el meramente vivencial.En este último contexto habría que decir que el concepto de libertad implica, necesariamente, la idea de comportamiento intencional, deliberado; por tanto, sólo metafóricamente podrá ser aplicado a los objetos inertes que, aunque se muevan sin impedimento alguno, sin duda obedecen a unos componentes de fuerzas de los que la Física da cuenta exacta de todos sus parámetros engendradores. Remontándonos, pues, en esta línea, y a tenor de nuestros conocimientos actuales, sólo el ser humano puede ser sujeto de un comportamiento libre, ya que los animales se moverían por unos condicionantes internos instintos a los que se sujetaría forzosamente cualquier otra intencionalidad, o deliberación, distinta a ellos.
Es necesario precisar, no obstante, que la moral distingue aquellas acciones huma­nas que se realizan siguiendo una instintivi­dad ciega (que no entran en el terreno de la moral) de aquellas en las que existe posibili­dad de elección o, al menos, ante las que sería posible resistirse. Es, precisamente, en la ambigüedad de estas posibilidades donde se debate la lucha libertad-necesidad.Para el conocimiento de la esencia del hombre no es indiferente decantarse por una u otra posición. Si nos inclinamos por postular la libertad de la voluntad se necesitará fundamentar la razón en principios idealistas no demostrables, al tiempo que se despreciarán las determinaciones objetivas de la naturaleza humana. Sin embargo, si nos inclinamos hacia el determinismo estaremos en mejor situa­ción para analizar con el máximo rigor los condicionantes naturales, pero negaremos la po­sibilidad de la moral, y más aún, la posibilidad de cambio y progreso humano.En este punto, creo llegado el momento de decidirnos a romper la contrapo­sición libertad - determinación analizando bien sus miembros: en realidad la determinación se opone a la indeterminación o indiferencia, no a la libertad, por lo tanto las acciones de la voluntad podrían ser contingentes sin ser indeterminadas, pues la propia voluntad crearía sus razones para determinarse en una u otra forma.La contraposición absoluta libertad-necesidad responde a una concepción mecanicis­ta de la realidad basada en el principio de que todo hecho se debe a una concatenación de causas y efectos. Pero la experiencia nos remite a otro ámbito de realidades: el de la vida, a aquel en donde actuar consiste en proponerse fines y en determinar los medios para conseguirlos. Por ello, en este ámbito que tratamos, más que los principios mecanicistas, son los de finalidad a los que se debe atender, ya que, en definitiva, la voluntad es la determinación de un fin y será en los medios que lleven a ese fin donde exista la posibilidad de elegir conductas contrapuestas, donde entraría la utilización de la razón y, por tanto, donde se manifestaría una forma de libertad. Es decir, la libertad sería la posibilidad de usar la razón (el juicio) para utilizar cada vez los medios más idóneos, no inducidos necesariamente por ningún rígido mecanismo conductual establecido que le permita alcanzar sus fines, lo que le contrapone a la acción animal que es conducida ciegamente por el instinto.La libertad, pues, depende de la deliberación racional y tiene como resulta­do decisiones libres ante situaciones inciertas. Por lo tanto, el término remoto que determina la libertad será el Fin que se propone la voluntad, y entre ellos es, sin duda, la Felicidad como fin último de la voluntad, la que determina la elección de los otros fines (que pasarían a ser meros medios para este fin último).La inclinación hacia la felicidad, tanto sea considerada como constituyente de la esencia del ser del hombre, o explicada biológicamente como tendencia a la homeostasia de la materia viva, determina necesariamente la voluntad; no obstante, no niega la posibilidad de elegir con ayuda de la razón, pero la libertad, así entendida, tendrá un carácter relativo, ya que estará siempre dirigida hacia la consecu­ción de un fin remoto pero con total poder de seducción.A pesar de esta relatividad, la voluntad se hace real en la elección de los medios, y no podemos llamarla libre en tanto que tenga sólo un poder de elección arbitrario, sino porque se determina a sí misma a partir de la consideración de un fin al que tiende. Por tanto, el hombre puede ejercer la libertad en la medida que ésta constituye un medio con vista a un fin al que se encamina. No es, por tanto, la libertad el resultado de causas que le determinen mecánicamente. Incluso la determinación instintiva que se contrapondría a la libertad, a la que antes hemos mencionado, sería una determinación relativa puesto que acaba manifestándose a la conciencia en forma de un deseo, por lo que puede ser juzgado posteriormente por la razón y ser objeto de elección (aunque en sí mismo el instinto es irracional, procede de una espontaneidad natural de carácter irreflexivo). El tema de la Libertad, más que terminar aquí, no hace más que comenzar. En nuestro país tendemos a creer que después de haber alcanzado en el terreno político cierta democracia formal, tenemos ya resuelto el tema de la libertad, incluso ya no se lleva, no está de moda hablar de ello. Creo que es precisamente ahora cuando, de verdad, merece la pena discutir sobre éste problema, pues la libertad que creemos gozar es más ficticia que real. Ni siquiera la famosa libertad de mercado, que tanto se empeñan Gobierno y patronal en alabar y proponer como solución a todos los males, es tal libertad, sino un oligopolio maquillado; pero éste es un problema que excede el ámbito de este escrito.Por último, quiero expresar que con­siderar al hombre libre de todas estas determi­naciones naturales y de fines, es decir, vacío de contenido, como pura reflexión sobre sí mismo, es una abstracción irreal de la que no existe correlato posible en la experiencia.



Libertad Positiva y Negativa

Libertad: la sociedad se desarrolla armoniosamente sólo si en ella se conjugan principios tan fundamentales como el de la libertad, la justicia y la igualdad. A la pregunta ¿Qué se entiende por libertad? puede responderse que la libertad alude a la cualidad de cada persona, y resume los derechos individuales de una persona respecto del todo. La libertad no es ningún tiempo irrestricta, sino que se encuentra sujeta al orden jurídico que la sociedad ha establecido para que su ejercicio sea compatible con los otros derechos y aspiraciones de las personas.

Tipos de libertad:

a) negativa: es la libertad de obrar sin que exista la construcción o el sometimiento de otro u otros hombres. Nadie debe ser obligado a hacer algo y ser libres respecto de …;

b) positiva: la voluntad y decisiones personales no están sometidas a la voluntad de otro. El hombre es autónomo.


Las libertades positiva y negativa no pueden ir separadas. Las libertades individuales como la libertad de opinión o la libertad de organización, que son libertades negativas, no pueden ejercerse si acaso no hay libertad positiva para orientar mi voluntad y mis decisiones en ese sentido.
Debemos tener la libertad de intervenir o no en política, pero si optamos por intervenir en política debe haber condiciones que aseguren las libertades de ideas, de reunión, de organización, etc.

Libertad negativa desde el punto de vista Jurídico: Hobbes y Smith se abrazan a la protección de la libertad positiva junto con los pensadores europeos continentales como Hegel, Rousseau, Herder y Marx. El concepto de libertad negativa tiene varios aspectos notables. Primero libertad negativa define una dimensión de libertad en el “silencio de la ley”. En palabras de Berlin libertad en el sentido negativo implica una respuesta a la pregunta: ¿cuál es el espacio dentro del cual una persona o un grupo de personas tendrá para hacer y ser lo que sea capaz de hacer o ser, sin la interferencia de otras personas?



Libertad negativa desde el punto de vista filosófico: se refiere a la libertad de un individuo a no someterse a la libertad de otros. En este sentido negativo, uno es considerado libre hasta el punto que ninguna persona interfiera con su actividad. Según Thomas Hobbes, por ejemplo, “un hombre libre es aquel al que no se impide realizar aquello que tiene la voluntad de hacer.”




Libertad negativa desde el punto de vista económico: la preservación de la libertad negativa requiere de la acción positiva, por parte del gobierno o sociedad, para impedir que algunos individuos arrebaten la libertad a otros. En efecto, a pesar de abolirse la esclavitud el ser humano es un cautivo al verse forzado a vivir al filo de la hambruna para subsistir con temor al capricho de patrón sin posibilidad de compartir los frutos de su trabajo, esta pobreza desesperanza, temor que corroe es en parte una reliquia de la historia en parte condición económica y, más importante aún, una cosa calculada y organizada.


LIBERTAD EN EL SIGLO V Antes de Cristo?

Después del gran triunfo contra los persas en la Guerras Médicas, Atenas vivió una etapa de prosperidad, libertad y expansión. Liderando la Liga de Delos los atenienses vivieron varias décadas de esplendor. En este contexto es que gobernó Pericles.

Me limito a señalar tres pilares en los que el autor construye el mundo clásico de Grecia: la libertad, la justicia y el lujo.
Me ha sorprendido lo del lujo. Me quiero detener en el concepto de libertad. Grecia gana a Persia y a Cartago porque era más libre o tenía un concepto muy alto de libertad. Los persas y los cartagineses eran más poderosos. Pero su poder se aglutinó en una sola persona o en un grupo oligárquico.Grecia era más débil. Pero era más libre. Y ganó. Casi siempre ha sido así. La libertad es indestructible aunque haya quienes la secuestren momentánea o largamente.El sentido más hondo de la democracia es que cada uno desee la libertad no sólo para sí mismo sino también para los demás. Con todas las imperfecciones y con todos los abusos y disfunciones.

En la Europa de hoy ha triunfado finalmente la libertad después de experiencias nefastas de pueblos nuevos y hombres nuevos, de campos de exterminio y de gulags.
Se me ha ocurrido que Fidel Castro y Hugo Chávez, por poner dos ejemplos de hoy, no serán referencias a seguir en los próximos siglos.



Libertad en Roma, según Cicerón


La idea de libertas, constituye «un clima especial del-pueblo romano, algo que definió los trazos más vigorosos de su historia consustancial con el espíritu mismo del ciudadano y de la civitas». Al referirse al papel central que juega la libertas a finales de la República y durante el Principado, no es exagerado afirmar que «todas las direcciones y tendencias políticas de la época apelan a la libertad». Pompeyo, César, los llamados «libertadores» (Bruto, Casio, y los demás cómplices" asesinos de César), Cicerón, todos apelan a la libertas para justificar sus decisiones políticas más trascendentales. El mismo Catilina, a quien Salustio, siguiendo el ejemplo de Cicerón, Cicerón era consciente de que la libertas era el destino de Roma. En un pasaje célebre afirma que «omnes nationes servitutes ferré possunt, nostra civitas non potest». Aunque los romanos se reconozcan inferiores en algunas cosas a otros pueblos, hay algo en lo que ellos han sido superiores a todos: «... sed pietate ac religione atque hac una saptentia, quod deorum nutnine omnia regi gubernarique perspeximus, omnes gentes nationes que superavimus». Ahora bien, la pérdida de la libertad, la esclavitud, sería un sacrilegio por parte de Roma, llamada por la voluntad de los dioses inmortales a «mandar sobre todas las naciones».
A esta convicción básica hay que añadir, en Cicerón, otra: que la libertad del Estado únicamente puede quedar garantizada dentro del marco de una organización republicana tal como históricamente ha venido sucediendo en la propia historia de Roma. Pese a los abusos de que era testigo, mantuvo viva la fe en la vitalidad de la constitución republicana, atribuyendo el declinar de la vetus res publica, no a las deficiencias o defectos del sistema mismo, sino a «the failure of the Romans to maintain their good oíd institutions».
Para Cicerón, la constitución ideal de la República es un régimen mixto en el que se equilibran la monarquía, la democracia y la aristocracia o, dicho con otras palabras, la auctoritas pnncipum, la libertas popuh y la potestas magistratuum. La adopción de este tipo de constitución hará posible que la justicia triunfe en la civitas. y que la libertas encuentre su realización concreta en la res publica. En sus reflexiones sobre la forma de organización política más perfecta, es fácil descubrir la influencia de Platón, Aristóteles y Pohbio, entre otros filósofos y escritores griegos. Polibio, en concreto, para quien la constitución política de cada pueblo es, a través de los individuos, «la que configura el fenómeno histórico»., había señalado que en la Constitución romana se hallaban reunidas y perfectamente combinadas las diferentes formas de gobierno que pueden distinguirse: régimen monárquico, aristocracia y democracia (cónsules, Senado, pueblo). Había elaborado también la teoría del ciclo histórico, según la cual existiría en la historia de los pueblos una sucesión ordenada de buenos y malos gobiernos, de acuerdo con el esquema siguiente: paso de la monarquía a la tiranía, de la tiranía a la aristocracia, de la aristocracia a la oligarquía, de la oligarquía a la democracia, de la democracia a la demagogia.


Teniendo en cuenta los acontecimientos que agitaban violentamente la vida de la república y pese a la «notoria vaguedad» que envuelve en un principio a la idea de Princeps, es indudable que el •rector, dux o gubernator de Cicerón «se convierte en el hombre indispensable, único capaz de salvar las instituciones amenazadas o de restaurarlas una vez destruidas». A él estaría reservada, en suma, la tarea de salvar la libertad de Roma, de constituirse en el princeps libertatis defendendae.
Cicerón había intentado exponer una teoría del Estado perfecto desarrollando sus principios en el curso de una historia de la Constitución romana. Aunque se apoyaba en la teoría del ciclo, iba más allá de ésta, en cuanto que no interpretaba el proceso natural que llevó al paso de la constitución simple a la mixta en un sentido biológico sino más bien teleológico, de acuerdo con la teoría de Platón y Aristóteles.


Revolución Francesa

La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII.
No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen anacrónico y opresor, como era la monarquía.
Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.
Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715), Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza era la base de este régimen, pero en realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se agravó por el mal gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI, gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el “buen Luis”.
El mantenimiento de un estado absolutista demandaba mucho dinero, ya que:
Existía un gran número de funcionarios en el gobierno y cada uno buscaba su propio beneficio
Se tenía que mantener un gran ejército permanente.
La corte vivía rodeada de lujos.
Algunos ministros de Hacienda trataron de encontrar una solución a esta crisis, pero sus medidas sólo complicaron más la situación.

Aparece un nuevo problema:
El envió de tropas a América de Norte, para defender sus posiciones territoriales, ante el avance del gobierno inglés, en la guerra de los Estados Unidos.
Consecuentemente la monarquía se endeudó mucho más.
Soluciones Propuestas:
Se recurrió al tradicional intento de aumentar los impuestos.
Se trató de conseguir que la nobleza también aporte su correspondiente diezmo, medida que provocó la ira y oposición de esta última clase social, que estaba dispuesta a defender sus privilegios feudales, hasta el punto de enfrentar la monarquía.
Para que no se empeorara su situación económica la nobleza trató de acaparar más cargos en la burocracia estatal, y además, aumentó la explotación de los campesinos que trabajaban en sus tierras, exigiéndoles mayores contribuciones.

Resumiendo:
La economía del país estaba arruinada.
Los nobles consecuentemente sufrían dramas financieros.
El clero no recibía el diezmo por parte del pueblo.
La burguesía quería acceder a cargos públicos.
Los campesinos estaban cansados del poder feudal.
Viendo la difícil situación económica que se asomaba, la nobleza exigió que se llamara a Estados Generales, para el tratamiento de una ley de impuestos. La monarquía prácticamente arruinada económicamente y sin el apoyo de gran parte de la nobleza, estaba en la ruina.
Cuando se reunieron en los Estados Generales (1789), la situación de Francia estaba sumamente comprometida, ya que el pueblo no soportaba más tan penosa vida, y existía un gran descontento social. Las clases sociales existentes en ese momento eran: la nobleza, el clero y la burguesía, pero al contar los votos de la nobleza y del clero, que pertenecían a un estamento privilegiado, superaban en número a la burguesía, y por lo tanto siempre se tomaban las decisiones que a esta sector le convenía. Solucionado este sistema de conteo, el tercer estamento (la burguesía) pudo tomar el control de la situación, y comenzó a sesionar como Asamblea Nacional, y juraron solemnemente que ésta no se disolvería hasta tanto no se logre conformar una Constitución Nacional.
En 14 de Julio de 1789, la burguesía se vio apoyada por un gran sector explotado por la nobleza, los campesinos, que en medio de una agitada multitud revolucionaria formada por hombres y mujeres, saturados de injusticias y de hambre, se dirigen violentamente a la Bastilla, símbolo del régimen absolutista, donde funcionaba como cárcel de los opositores al sistema de gobierno, y la toman por la fuerza. Esta demostración atemorizó a los partidarios del antiguo sistema, y sirvió para inclinar la balanza en favor de los revolucionarios, desplazando así del poder, a los nobles y partidarios del absolutismo.
Paralelamente se produjo en las zonas rurales levantamientos de los campesinos contra los señores feudales, lo cuales fueron asesinados, y sus castillos saqueados e incendiados. A este movimiento social por la justicia y fraternidad de los hombres en 1789, se lo conoce como el Gran Miedo.
La Asamblea Nacional estaba formada por la burguesía, que inicialmente para luchar contra la monarquía, lo hizo en forma unificada, pero en realidad la burguesía no era una clase social homogénea, sino que estaba dividida en la alta burguesía –banqueros, financistas, comerciantes, propietarios- y en la baja burguesía formada por los profesionales (abogados y médicos), pequeños comerciantes y dueños de talleres.



Cuando llegó el momento de decidir por la forma de gobierno, la alta burguesía apoyó a los girondinos, oriundos de la provincia de La Gironda, que querían llegar a un acuerdo con la monarquía e instaurar una monarquía constitucional, es decir, tenía una actitud moderadora respecto a los cambios políticos.
Por otro lado estaban los jacobinos, que tenían ideas más revolucionarias y de cambios radicales, con tendencia a la instauración de una república democrática, con derechos a la participación política y con la aplicación de medidas más equitativas para la repartición de la riqueza y la lucha contra el hambre popular. Dicho nombre proviene ya que se reunían en asambleas, llamadas clubes, en un convento ubicado sobre la calle San Jacobo.
Los diputados de la asamblea, decidieron eliminar los privilegios de la nobleza, se les obligó a pagar impuestos y se eliminó el diezmo a la Iglesia. Pocos días después la asamblea dicta la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, esta proclama se transformó en la síntesis de las ideas revolucionarias, basadas en tres banderas: igualdad, fraternidad y libertad.
Les interesaba la libertad para comerciar, la defensa de la propiedad privada y la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
El 3 de Septiembre de 1789, se proclamó la Constitución de carácter moderado, en donde la alta burguesía había logrado prevalecer sus ideales, de negociar con el antiguo régimen, quedando a cargo del poder ejecutivo el rey (Luis XVI), el poder legislativo lo ejerció una asamblea formada por la burguesía y el poder judicial, se compuso de jueces electos. Se estableció que sólo podían votar aquellos que pagaban ciertos impuestos, y de esta manera se pone en evidencia que las banderas de igualdad proclamada por los revolucionarios tenían ciertas limitaciones.
La nobleza de esta manera se vio con sus poderes recortados, lo que los motivó a tratar de crear alianzas y buscar apoyos en otros países con gobiernos absolutista, y de paso tratar de evitar que estos movimientos se expandan a otros reinos, y para ello no había mas remedio que la guerra. Países como Austria y Prusia, atacaron a los franceses en los límites de su territorio y lograron contenerlos, pero los cuidados que tuvieron los países limítrofes con Luis XVI, hicieron evidente de la alianza que existía entre éste y la intervención extranjera, de esta manera el pueblo francés destronó al rey, y luego se lo decapitó. Más tarde fue ejecutada su mujer: María Antonieta. La asamblea nacional fue desplazada y un nuevo cuerpo de representantes reunidos en una Convención, comenzó a dirigir el nuevo gobierno republicano, liderado por la baja burguesía, dependiente del partido jacobino.
El cambio de mayor importancia es que ahora los representantes podían ser elegidos mediante el sufragio universal, permitiendo una mayor participación de sectores humildes y populares, llamados sans culottes (sin calzones).Desde 1792 los jacobinos lograron el control de la Convención, y sus principales activistas fueron: Dantón, Robespierre, Marat y Saint Just.
La república jacobina en el plano exterior debió frenar el avance de los ejércitos extranjeros, en el plano interior debió combatir la aristocracia, y terminar con la resistencia de los girondinos, que se oponían a la nueva forma de gobierno. Para tomar mejor partido de su control, los jacobinos hicieron alianzas con los sans-culottes, y durante 1793, se creó una institución destinada a establecer un rígido control de los opositores, y castigarlos duramente y aplicar la pena de muerte a todos aquellos que no apoyaban el sistema de gobierno republicano. Este instrumento fue dirigido en persona por Robespierre.
Se trataba de mantener dominados a sus opositores, a través del miedo, por lo que se lo llamó: El terror revolucionario
Las medidas tomadas por la Convención no pudieron atender a todas las exigencias del sector popular, que seguían sufriendo la crisis económica. Se trató de llevar un control de precios para los alimentos básicos, aplicando severa penas a quienes no las acataban, pero no se logró el efecto deseado, lo que llevó al sector de los sans-culottes a romper su alianza con los jacobinos, creando una fisura y debilidad al partido gobernante.
Conociendo la debilidad de este gobierno, la alta burguesía aprovechando la situación, y deseosos de terminar con los “excesos del populacho” en Julio de 1794, produjeron un golpe de estado, desplazando la república y creando un Directorio, que para lograr su autoridad se apoyaron en los militares. Los líderes de la Convención fueron guillotinados.
El Directorio, eliminó la libertad política de votar a los más humildes, se eliminó el control de precios y se tomaron medidas que favorecieron a los comerciantes y especuladores.
De todas maneras, el sector popular siguió pasando por las misma penurias de siempre y míseras condiciones de vida.
Entre los militares que apoyaban al Directorio, se encontraba Napoleón Bonaparte, que no tardó en hacerse del poder, mediante un golpe militar, aprovechando el gran prestigio que se había ganado en las diversas victorias militares en otros países. En 1799 se apoderó del gobierno se Francia, y se coronó como Primer Cónsul, concentrando cada vez más poder, hasta llegar a emperador en 1804. Con el tiempo la burguesía lo apoyó, ya que conservó muchos de los principios declarados en la Constitución, especialmente aquellos que beneficiaban a la burguesía más acomodada. A su vez estos lo apoyaban, porque evitaban el regreso de la república jacobina y del antiguo régimen aristocrático.
Consecuencias de la Revolución Francesa.Se destruyó el sistema feudal.Se dió un fuerte golpe a la monarquía absoluta.Surgió la creación de una República de corte liberal.Se difundió la declaración de los Derechos del hombre y los Ciudadanos.La separación de la Iglesia y del Estado en 1794 fue un antecedente para separar la religión de la política en otras partes del mundo.La burguesía amplió cada vez más su influencia en Europa.Se difundieron ideas democráticas.Los derechos de los señores feudales fueron anulados.Comenzaron a surgir ideas de independencia en las colonias iberoamericanas.Se fomentaron los movimientos nacionalistas


Revolución Inglesa

Cambios económicos y conflictos de intereses
Hasta finales del siglo XVI, la monarquía de los Tudor tuvo muchos intereses en común con los burgueses urbanos y con los pequeños propietarios rurales de origen noble la “gentry” . Sus intereses coincidían en la lucha contra España por el dominio de los mares atlánticos y por el empeño español en restablecer el catolicismo en Inglaterra; y también en la lucha contra las familias más poderosas de la nobleza inglesa, la aristocracia, que arruinaban el país con sus guerras privadas. Pero esta alianza entre la monarquía, la gentry y los burgueses entró en crisis durante los reinados de los reyes Estuardo. En las primeras décadas del siglo XVII, la riqueza de los burgueses dedicados al comercio y a la producción de mercaderías aumentaba, y también la de la gentry, cuyos miembros se diferenciaron del resto de la nobleza porque se dedicaron a una actividad típicamente burguesa como el comercio. Mientras tanto, disminuían los ingresos de los nobles más poderosos que tenían como única fuente de riqueza la propiedad de sus tierras. Muchos nobles comenzaron a depender de la monarquía para sobrevivir, y los burgueses entraron en conflicto con el poder absoluto de la monarquía que intentó poner límites al desarrollo de sus actividades económicas.
La lucha por la nueva riqueza
El problema era que los burgueses estaban generando y acumulando una riqueza a la que la monarquía no podía acceder. Para obtener una parte de esa nueva riqueza la monarquía propuso crear nuevos impuestos y aumentar los que ya existían. El Parlamento se opuso porque sus miembros no podían controlar el destino del dinero recaudado. La corona también intentó participar directamente en algunas de las actividades industriales y comerciales, pero el resultado fue aumento de precios, desocupación y descontento general. Para conseguir ingresos, la monarquía comenzó a exigir antiguos derechos feudales y reforzó su alianza con la jerarquía de la Iglesia Anglicana, integrada por grandes terratenientes.
La guerra civil y la abolición de la monarquía
El enfrentamiento por los impuestos continuó. La corona comenzó a exigirlos aunque no tuvieran la aprobación del Parlamento; y los burgueses comprendieron que los cambios económicos que necesitaban sólo se alcanzarían a través de la lucha política. Las familias de comerciantes y terratenientes más poderosas, relacionadas entre sí por negocios comunes y que estaban representadas en las dos cámaras del Parlamento, fueron el núcleo de la oposición al rey Carlos I, con el objetivo de lograr un gobierno que representara los intereses de los hombres de negocios.


Durante 1639 y 1640 los burgueses se negaron a pagar impuestos. Pero la crisis se agravó cuando, en 1640, Escocia pretendió separarse de Inglaterra y la Cámara de los Comunes se negó a aprobar los fondos necesarios para equipar y pagar un ejército a las órdenes de Carlos I. La mayoría de los comerciantes, artesanos y aprendices apoyaron a los Comunes y en 1642 comenzó la guerra civil.
En los dos bandos enfrentados, el parlamentario y el realista, había representantes de la nobleza y de los burgueses. Lo que los diferenciaba era que los realistas tenían más fuerza en las regiones agrícolas del norte y el Oeste del país, mientras que el Parlamento encontraba el apoyo en el sur y en el este, regiones en las que predominaban la industria y el comercio. También las ideas religiosas los diferenciaban: el puritanismo respaldaba, en general, al Parlamento, y el anglicanismo, como iglesia oficial, al rey. En el conflicto armado, venció el ejército parlamentario que dirigía Oliverio Cromwell. En 1649, los nobles fueron expulsados del Parlamento, se proclamé la república y el rey Carlos I fue decapitado.
La Gloriosa Revolución
Después de la muerte de Cromwell, los burgueses más poderosos, que necesitaban paz y orden para sus negocios, llegaron a un acuerdo con la nobleza y, en 1660, la monarquía fue restaurada en la persona de Carlos II Estuardo. Por su parte, el rey aceptaba que correspondía al Parlamento la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos.
Pero el acuerdo entre la monarquía y el Parlamento se rompió cuando llegó al trono Jacobo II, católico y con tendencias absolutistas. El nuevo rey no encontró apoyo para restablecer la monarquía absoluta: la nobleza no era católica y, además, sabía que la mayor parte de la sociedad no aceptaba una vuelta al pasado. Esto fue lo que llevó a un nuevo acuerdo entre los nobles y los burgueses, quienes coincidieron en la necesidad de destronar al rey y justificaron su propósito en las ideas del filósofo inglés John Locke(1632-1704), quien sentó las bases del liberalismo político. En su Tratado de Gobierno Civil propuso un sistema político que aseguraba las libertades y los derechos de los individuos
Convencidos de que el destronamiento del rey en este caso era lícito, en 1688 nobles y burgueses ofrecieron la corona de Inglaterra al príncipe holandés Guillermo de Orange con dos condiciones: debía mantener el protestantismo y dejar gobernar al Parlamento. Jacobo II, abandonado por casi todos los grupos sociales, dejó el trono. Así, sin violencia, triunfó la Gloriosa Revolución (como la llamaron los hombres de la época), que abolió definitivamente la monarquía absoluta e inició en Inglaterra la época de la monarquía parlamentaría.




El parlamentarismo y el desarrollo del capitalismo
Luego del triunfo de la Gloriosa Revolución, en Inglaterra comenzó a funcionar un sistema de gobierno llamado parlamentarismo. Este sistema aseguró la participación de los súbditos en el gobierno del Estado a través del Parlamento.
Durante el siglo XVII, los grupos comerciales y manufactureros más poderosos controlaron el gobierno parlamentario con el fin de promover sus intereses económicos. Se eliminaron los privilegios reales, aristocráticos y de las corporaciones, los monopolios, las prohibiciones, los peajes y los controles de precios, que obstaculizaban la libertad de comercio y de industria. Se crearon y fortalecieron instrumentos que servían para el desarrollo de las nuevas actividades económicas: se creó el Banco de Inglaterra y se generalizaron las sociedades anónimas, se difundió la tolerancia religiosa y se protegió el progreso de la ciencia.
El Estado inglés promovió especialmente el desarrollo del comercio y de la industria de manufacturas. El Acta de Navegación, que en 1651 estableció que el transporte de todas las mercaderías procedentes de o destinadas a Inglaterra debía hacerse únicamente en naves inglesas, fue el origen del desarrollo de una flota mercante que convirtió a Inglaterra en la dueña de los mares del mundo. Desde el 1700, además, el Parlamento prohibió las exportaciones de lana en bruto y organizó el establecimiento de artesanos extranjeros, con lo que sentó las bases del desarrollo de la industria textil.

Revolución norteamericana


Entre 1763 y 1848 Europa y América se vieron envueltas en distintas revoluciones. En este periodo histórico pudo observarse como los dos continentes dejaban de lado el Feudalismo para entrar al nuevo sistema: El Capitalismo.
Durante este periodo se sentaron las bases para la expansión de formas de propiedad, de la misma manera se superaba el estado Absolutista para asentar nuevos estados nacionales en términos de ciudadanía y mercado. Se impulsó el crecimiento económico a través de la libertad de contratación y de asociación de capitales, al mismo tiempo se restringía el derecho a asociación a la clase obrera. Los procesos revolucionarios no van solo desde el año 1763 al 1848, el primer ciclo de Revoluciones que comenzó en los Países Bajos del Norte (Holanda) data del siglo XVI, para luego seguir con la revolución inglesa en el siglo XVII, en el mismo sentido, 1848 solo representa una de las fases de la revolución. Dos conceptos son necesarios para comprender un cambio revolucionario: crecimiento y desarrollo. Ninguna sociedad es estática y de las contradicciones nacidas de sus relaciones sociales irán surgiendo nuevas formas de organización de la producción y nuevos grupos sociales que las empujen La complejidad social de las colonias obliga a interpretar los hechos acaecidos entre 1763 y 1783 en función de los distintos intereses, ya que la configuración social y política de las mismas no era idéntica. No se debe entender bajo ningún punto de vista la revolución como una solución de continuidad de los hombres que dirigían Las Asambleas Legislativas de las trece colonias. Es decir, desde hace mucho tiempo (cuando todavía eran colonias) el país se rigió bajo unas medidas muy claras: Sus propios intereses. La revolución norteamericana no debe ser tratada sino como una revolución burguesa, donde la metrópoli ponía trabas al del capital industrial norteamericano. A finales de la guerra de los siete años Inglaterra quiso reformar el pacto colonial para de esta manera poder centrar el poder en las instituciones feudales, es decir, dotar de poder virreinal a los gobernadores de las trece colonias, además ubico a sus soldados en los hogares de los norteamericanos e impuso una serie de impuestos indirectos sobre los cultivos producidos en el agro norteamericano y comercializados en sus principales puertos. Los dirigentes de las trece colonias eran burgueses acostumbrados a gozar del poder social y de un amplio poder político, de aquí que mostraran total insumisión a las medidas tomadas por la metrópoli. La riqueza estaba desigualmente dividida: en el campo la tensión entre grandes hacendados y pequeños propietarios venia de antiguo; en la ciudad los grandes comerciantes se agrupaban en una elite social mientras veían el descontento de artesanos, obreros y marineros, estos conflictos fueron parte de la propia revolución y la dotaron de una reconocible participación campesina. El desarrollo de una conciencia revolucionaria popular, fue anterior a la proclamación de la política fiscal por parte de Londres. A partir de 1765 el movimiento popular se unió con los patriotas burgueses y Gran Bretaña pasó a ser el gran enemigo. De la inestabilidad de esta alianza y de la intervención armada por parte de la metrópoli se pudo establecer una cronología interna de la revolución. Entre 1763 y1767 el gobierno ingles debido a su crisis fiscal incrementó los impuestos sobre las colonias, procede a una reordenación militar y promulga la ley Stamp Act con el fin de evitar el contrabando. Los lideres burgueses rechazan estas medidas. Entran en escena los Hijos de la Libertad, grupos radicales de menestrales y obreros que se encargan de hacer un boicot sobre las mercancías inglesas. En 1766 ante la posición de las fuerzas de las Colonias, Londres derogó las Stamp Act e intentó disminuir la presión metropolitana.. Entre 1767 y1770 Londres decreta un nuevo incremento de la fiscalidad sobre sus colonias. Intentando evitar una repuesta, suspende la Asamblea de Nuevo York, por no aplicar las leyes de acuartelamiento. Se desencadenan protestas y se produce un movimiento radical protagonizado por los Hijos de la Libertad. En 1770 sobrevino la matanza de Boston, él ejercito británico dispara contra la multitud.. Entre 1770 y 1775 la matanza de Boston fue utilizada como herramienta de movilización por los Hijos de la Libertad, para los cuales la solución dentro del imperio es poco menos que imposible. Londres adoptó una posición de fuerza y reservó el monopolio del comercio del té a la Compañía de las Indias Orientales, con sede en Londres. Los radicales de la ciudad arrojaron al agua los cargamentos que debían ser embarcados y Londres aplicó en 1774 las Leyes Intolerables: cerró el puerto de Boston, restringió los poderes a las Asambleas, y juicios de traición efectuados por tribunales ingleses. Fue entonces cuando ante esta legislación Jefferson publicó su primer obra soberanista. Ente los años 1775 y 1781 la posición de Inglaterra y sus colonias era irreconciliable. Comenzó la guerra en la primavera de 1775. En mayo de 1776 el segundo congreso intercontinental produjo la Declaración de la Independencia y organizo la resistencia armada frente a la metrópoli, se nombro a George Washington cabeza del ejército de las colonias Unidas. La guerra se prolongó hasta 1881. La internacionalización del conflicto perjudicó los intereses de Gran Bretaña y favoreció la construcción de los nuevos Estados Unidos de América.










8 comentarios:

Unknown dijo...

creo que este trabajo es uno de los mas completos que se han subido, ya que muestra la libertad desde distintas epocas de la historia habla de la libertad positiva y de la libertad negativa.
ademas nos muestra las revoluciones como un concepto de ancias de libertad lo que desata este tipo de fenomenos.

Anónimo dijo...

Al igual que el comentario del compañero anterior, puedo acotar que el trabajo es bastante completo, se ajusta a las solicitudes realizadas por el Profesor. Asimismo puedo señalar respecto al gran tema de la LIBERTAD que es bastante amplio y que a existido siempre (desde nuestros antepasados hasta hoy en dia). Para mì la libertad es el libre albedrio, es decir, la capacidad de autodeterminaciòn que se encuentra condicionada por la moral y las leyes. No esta demas mencionar que la libertad de uno finaliza cuando comienza la del otro.
YRC.

daniela garcia dijo...

Muy completo el trabajo, me parece excelente ya que trataron el tema con toda su evolución a lo largo de las distintas épocas y lugares y la lucha que debió librarse para obtenerla, (algo que para nosotros hoy en día estan común y lo disfrutamos, en tiempos pasados costó la vida de muchos individuos).

EDITOR dijo...

En una semana SOLO TRES COMENTARIOS de un curso de mas de 40 alumnos? Futuro incierto. Profesor Blanc Renard

CRISTIAN dijo...

ES UN TRABAJO COMPLETO QUE SE PUEDE FORTALECER AUN MAS CON LOS COMENTARIOS DE LOS COMPAÑEROS, DE ESTA MANERA PODREMOS CONFECCIONAR EL GLOSARIO PARA LAS CLASES FUTURAS.

Anónimo dijo...

Encontré su trabajo muy completo y bueno, por lo tanto no tengo mucho que agregar.

Anónimo dijo...

De este trabajo me pareció interesante el enfoque que le dieron a la libertad en torno a los sistemas económicos de los países, de la competencia económica para llegar a ser un país desarrollado. Realmente esto me resulta preocupante...ojála que dentro de la competencia de igualación no caigamos en la contaminación y en la destrucción de nuestro entorno.

Anónimo dijo...

Excelente trabajo que muestra de gran manera la evolución de la idea de libertad y los diversos elementos que han infludo en la sociedad para ir adoptando dicha facultad del ser humano a sus intereses tanto individuales como colectivos.